Las oleadas de migrantes que llegan a Europa procedentes de las costas africanas, cuestiona y señala rotundamente sin paliativos, la feroz y despiadada apropiación subrepticia de las materias primas del continente africano por los países altamente desarrollados, cuyos dirigentes políticos de la ideología y el bando que sean, eluden encarar esta situación inhumana y cruel, para salvaguardar esta ganancia del capitalismo depredador y así poder mantenerse en el poder, sin considerar lo que eso provoca: Un grave impedimento del desarrollo económico del continente africano que impulsa una migración a la desbandada de múltiple población africana a Europa, en busca de un efectivo digno y justo porvenir.
(Photo: Associated Press / Jasper Juinen)En el año 2000, había en torno a 175 millones de Africanos migrantes en el mundo. Alrededor de 9% de entre ellos, o sea 16,3 millones, eran Africanos, contra 12% en 1960. Los migrantes representaban de 5 à 12 % de la población de 30 países industrializados, según la Comisión mundial de las migraciones internacionales.
Cierto es que la migración siempre ha estado estrechamente relacionada con el desarrollo económico y social. Así pues, para bien comprender la actual crisis migratoria de África, empezaremos por recordar que al acceder à la Independencia, los nuevos Estados del continente africano se encontraron con serios impedimentos a la hora de decidir cómo querían desarrollar las fuerzas de producción agrícolas e industriales, para sacar a África del estado de destitución y precariedad en el que había quedado tras el dominio colonial.
Así es, si las condiciones económicas no son favorables y parecen correr el riesgo de disminuir aún más, probablemente un mayor número de personas emigrará a países con mejores perspectivas. De ahí que los factores de atracción a emigrar incluyen salarios más altos, mejores oportunidades de empleo, un nivel de vida más alto y oportunidades educativas.
Estas son las causas profundas de la migración irregular, de tráfico ilícito y la trata de seres humanos a la que estamos asistiendo a las fronteras del sur Europa. Aunque no podemos obviar que la emigración africana es muy diversa y tiene lugar, sobre todo, dentro de propio continente. Según la OIM (ONU MIGRACIÓN), alrededor de 21 millones de africanos vivían en otro país del continente en 2020.
Y si nos centramos en la crisis migratoria africana actual en las fronteras del sur de España, y más notablemente en las islas Canarias, la polémica y hostilidad que este fenómeno migratorio está provocando en torno a este trance humanitario y social desaforado e injusto, ni se dirime ni se resolverá con sólo pronunciamientos éticos e ideológicos de los detentores del poder público, por muy transcendentales, universales y emocionales que se consideren.
Más espinoso aún, ante esta crisis migratoria se ha creado interesadamente la idea de que la mayor parte del continente africano es pobre. Es cierto que hay regiones que carecen de abundantes recursos; pero esto también sucede en muchos países de Europa y la situación es bien distinta.
Sin embargo, la realidad es que el continente africano posee inmensas riquezas en recursos naturales: oro, platino, cobre, diamantes, uranio, bauxita, petróleo, gas, coltán; enorme riqueza pesquera tanto de agua dulce como oceánica; cultivos cuya exportación debería aportar alta rentabilidad a extensas regiones; bosque tropical y ecuatorial eycolosales recursos turísticos.
(foto: Reuters / Andrea Comasi)
Un candidato africano a la emigración en los recorridos de Marruecos, punto de salida habitual de emigración
Esta realidad, nos lleva a hacer una revisión general de la intervención occidental en todos o la mayoría de los países del continente Africano, para llegar a la conclusión de que la “repatriación” de las personas que huyen de forma desesperada del continente africano, constituye la guinda de una tremenda expoliación de recursos naturales que, administrados de otra forma, deberían bastar para que todos los Africanos pudieran vivir en sus lugares de origen. Pero no es así, ni en los países más ricos de África.
Para mayor claridad y comprensión del problema, sin presunción alguna, y como ejemplo de esta expoliación, puedo decir que he sido testigo en Guinea Conakry de esta expoliación, estando yo sirviendo , a lo largo de estos últimos siete años, de director de un orfanato en el pueblo de Sobanet, en los alrededores de las sedes de las empresas de bauxita de Kamsar, en la prefectura de Boké. Señalaré que Guinea Conakry es un país con la mayor cantidad de reservas de bauxita a nivel mundial en 2022, una roca compuesta principalmente por minerales de aluminio, que es fundamental en las fundiciones que producen este metal. En ese año, las reservas de bauxita en Guinea ascendieron a unos 7.400 millones de toneladas métricas secas. Un país de más de 15 millones de habitantes, con el 60% de su población por debajo del umbral de pobreza, cuyo índice de desarrollo humano se encuentra en el puesto 154, en cuanto a vida larga y saludable, conocimientos y nivel de vida digno. Así es, los Guineanos viven con menos de un dólar por día, no benefician de sus importantes recursos del subsuelo. Un país que, en 2020, según Acnur, 1.264 guineanos atravesaron la ruta canaria de enero a septiembre, convirtiéndose en la cuarta nacionalidad más numerosa entre los migrantes llegados a Canarias. La expoliación de los recursos naturales de Guinea-Conakry, está dejando a este país sin prácticamente capacidad de reactivación económica.
La otra cara de la moneda la constituye la emigración hacia países europeos. Cada vez son más los Africanos que eligen como destino Europa, en concreto los países de Europa del Sur, siendo España uno de los países que, por su situación geográfica, recibe un gran número de emigrantes. Los motivos también han sido citados: las desigualdades económicas, políticas, sociales y culturales entre Europa y África. Esto es lo que constituye, como apunta Kabunda, el verdadero “efecto llamada”.
Otro ejemplo claro, del que es el caso de Senegal, que es el país de partida de centenares de cayucos repletos de inmigrantes indocumentados. Los cayucos eran los barcos de pesca atlántica de miles de personas. Pero el presidente Wade ha firmado concesiones de pesca con diversas firmas de grandes barcos extranjeros que saquean los caladeros. Ahora los nacionales tienen que comprar una licencia de pesca que no pueden pagar, por lo que la pesca ha dejado de ser su medio de vida. Del dinero pagado por las concesiones nada llega a la población. El resultado es que el presidente y su entorno se enriquecen, nada revierte en desarrollo económico y la población se empobrece. El mejor uso que pueden dar a sus cayucos de pesca es utilizarlos como transporte hacia las Islas Canarias. Esta repercusión ha alarmado enormemente al Gobierno de España, que ha optado por pagar a Senegal y Mauritania para que permitan la repatriación de los que llegan (paga y crea centros de acogida). Todo ello revierte en más enriquecimiento para las oligarquías senegalesas, a la vez que los senegaleses se empobrecen y desesperan ante esta situación. Algunos datos son reveladores de la situación de empobrecimiento en Senegal, como la tasa de desempleo (48%); la alfabetización media nacional (43% ) y la población que vive bajo el umbral de pobreza (54%).
Hasta ahora, todos los casos analizados ponen de manifiesto la imposibilidad de crear una economía sana en África mientras existan los depredadores foráneos y locales. Podríamos decir que, con lo visto anteriormente, quedaría destruida la leyenda de la pobreza de África. Tampoco debe sorprendernos que los africanos emigren.
De acuerdo: la ética promueve practicar comportamientos individuales y colectivos para muchas personas de muy buena voluntad, muchos de ellas inspiradas desde la fe en Dios, lo que abre un horizonte de sentido a la vida de los seres humanos y favorece la buena praxis en las relaciones humanas.
Pero hay que tomar bien en cuenta que el obstáculo para la resolución del problema de la inmigración reside en las “creencias ficticias” dispares, intersubjetivas, sin soporte en la realidad, que nos proponen en torno al relato de la inmigración, y a las que adherimos con docilidad, hackeados por la propia ignorancia de la realidad, la manipulación social y el engaño de los ideólogos y los poderes fácticos, ya sean “progresistas” o “derechistas”.
Photo:Associated Pres/Jasper Juinen)
Un grupo de Africanos detenidos por aduaneros españoles: los países del Norte son cada vez más preocupados por el flujo creciente de sin papeles.
Esa es la realidad que nadie acepta ni asume, ni en conciencia ni de facto. En fin, os cuento y repito: el problema de la inmigración africana en este tiempo, nace en los países de origen, donde hay guerras civiles a profusión, hambre y miseria extrema por doquier, con centenares de miles de jóvenes sin trabajo, con futuro incierto, donde los poderes económicos, ya sean Europeos, Chinos, Rusos, Brasileños, Americanos, Australianos etc…., con el silencio cómplice de los gobiernos de esos países, la corrupción de quienes detentan el poder de los países africanos y con implicación de mafias criminales, están expoliando los recursos naturales colosales del continente Africano, para la sostenibilidad de sus niveles máximos del bienestar que disfrutan.
Las consecuencias de esta escandalosa situación es que la mayoría de la población Africana, sólo beneficia de las migajas de esa riqueza, sin impacto para la mejora de sus condiciones de vida y sus derechos humanos tan mentados, lo que provoca la emigración masiva de africanos, aún a riesgo de su vida, a los países del mundo donde esperan conseguir un futuro digno y de bienestar, que es el enfoque de vida natural de todo ser humano, sin distinción.
¡Así pues, ya basta de tanta lágrima de cocodrilo frente al drama de la inmigración! Y quienes tienen el poder en el mundo de remediarlo se remonten las mangas de su camisa y se apliquen, con los instrumentos de la ingeniería social y económica, el único medio eficaz de que disponemos los humanos, para resolverlo. Así debe ser, “a Dios rezando y con el mazo dando”.
José Luis Ferrer Soria sj
Presidente de Globalmon ONGD
12 de Diciembre 2023